Conciencia Fonológica




La conciencia fonológica se define como la toma de conciencia de que las palabras están formadas por sonidos (fonemas y sílabas), y su meta final es lograr establecer la relación fonema-grafema. Se entiende por fonemas a las unidades sonoras de las palabras en el habla, mientras que los grafemas son las representaciones gráficas de los fonemas (mediante las letras unidades gráficas de las palabras escritas). 

Un niño que desarrolló la conciencia fonológica es aquel que es capaz de desarrollar la conciencia explícita de la estructura fonológica de las palabras del Idioma Español, reconocer que las palabras están compuestas por sonidos individuales o fonemas y lograr  manipular estas unidades en las palabras.

Numerosas investigaciones han dado cuenta de la importancia de la enseñanza de la misma para la lectura. El National Reading Panel (Estados Unidos, 2000) realizó un relevamiento de investigaciones acerca de distintas áreas relacionadas con la lectura. En este relevamiento encontró que la enseñanza de la manipulación de los fonemas en las palabras es altamente eficaz, y que la enseñanza de la conciencia fonológica mejora significativamente la lectura de los niños. La enseñanza de la misma muestra ser eficaz en una variedad de edades y contextos y a través de distintos modos de instrucción. Cuadro (2012) y Cuadro y Trías (2010) también enfatizan el rol de la conciencia fonológica en la lectura, así como la importancia de la intervención en la misma cuando existen dificultades lectoras

Existen determinadas actividades que nos ayudan a desarrollar la conciencia fonológica, y que pueden ser aplicadas desde que el niño se encuentra cursando Educación Inicial, tanto en el espacio educativo como en el hogar.

Rimas: La rima es un elemento rítmico dentro de un texto que esté escrito en versos, como puede ser una canción o una poesía. Se trata de un fenómeno acústico porque se da cuando un grupo de fonemas se repiten en por lo menos dos versos. Cantar, inventar rimas, unir palabras que rimen, etc., son todos buenos ejemplos del uso de esta actividad para mejorar la conciencia fonológica. 

Fonema Inicial: Jugar al veo, veo ¿Qué palabra empieza por …?

Fonema Final: Jugar a las palabras encadenadas, donde un niño dice una palabras y el niño que está a su lado debe decir otra palabra que empieza por el fonema final de la primera.

Actividades de conteo: El alumno debe identificar el número de fonemas que tiene una palabra.

Actividades de adición: Consisten en añadir segmentos orales (palabras, sílabas o fonemas) a segmentos previamente establecidos. ¿Qué palabra tendríamos si a “paso” le ponemos delante “re”?

Actividades de onomatopeyas: Destinadas principalmente a aislar los segmentos fonémicos. Por ejemplo: ¿Cómo hace la vaca? mmmmmmm.

Actividades de unión: Persiguen la formación de sílabas o palabras a partir de segmentos fonémicos o silábicos. ¿Qué tenemos si juntamos /ca/ y /sa/?.

Actividades de segmentación: Ejercicios encaminados a eliminar fonemas, sílabas o palabras de un segmento dado. Si a rosa le quitamos /r/, ¿qué nos queda?.


En todos los casos se suelen utilizar una serie de apoyos para la introducción de estas actividades, por ejemplo el uso de palmas para silabear o apoyos gráficos tales como láminas, dibujos o signos gráficos (cruces, estrellas) en el pizarrón.

Bibliografía
Cuadro, A y Trías, D. (2010) La adquisición de la lectura y la mediación fonológica. En Cuadro, A. (2010) La lectura y sus dificultades: la dislexia evolutiva. Grupo Magro Editores: Uruguay. 

National Reading Panel (2000) Teaching Children to Read: An evidence-based assessment of the Scientific Research Literature on Reading and its implications for reading instruction. Estados Unidos Disponible en: http://www.nationalreadingpanel.org/Publications/publications.htm





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