El desafío de comenzar bachillerato
Es por este motivo que desde LILMOD nos pareció importante poder aportar algunas herramientas para las familias de quienes transitan esta etapa educativa.
Cuarto año, representa una mayor exigencia en cuanto a lo experimentado en Ciclo Básico. Muchas encuestas con estudiantes uruguayos reportan que, en general, los estudiantes sienten una mayor diferencia entre el pasaje de ciclos, al cambio que viven cuando pasan de quinto a sexto año.
¿Qué precisan los alumnos de cuarto año?
- Tener todo lo necesario para asistir a clase. En ese sentido, no solo es importante pensar en el uniforme, la mochila pronta o los útiles escolares, sino en acompañar y aconsejar dentro del hogar al alumno para que tenga un buen descanso y una buena alimentación. Muchas veces se minimiza la importancia del desayuno o de dormir las horas necesarias para descansar, pero son básicas a la hora de entrar a clase.
- Saber que cuentan con el adulto referente. Un estudio reciente con la población de adolescentes uruguayos que asiste al Programa Jóvenes en Red, demostró que las cualidades más valoradas por los adolescentes en relación a los adultos que los acompañan son: la presencia (saber que se puede contar con el otro), la confianza y la paciencia. La entrada a la adolescencia y por lo tanto todos los cambios que ella trae aparejada, presentan una dificultad para los padres que sienten que existen demasiadas diferencias generacionales con sus hijos. Es por este motivo que es importante intentar empatizar con la vivencia actual del adolescente, sus gustos y sus conflictos, y tenerles paciencia en lo que representa el proceso de su construcción de identidad.
- Tener un espacio de contención. Si bien la adolescencia esta caracterizada por ser una etapa donde la norma es rebelarse, es necesario que el alumno pueda contar con un marco claro en donde existan determinados valores, límites y pautas de vida. El "dejar hacer, dejar pasar", muchas veces termina repercutiendo en un crecimiento en el vacío, ya que no hay un marco educativo envolvente, que diseñe el mundo y esboce formas de caminarlo.
- Valorización del marco educativo. Aunque exista el miedo a invadir en la vida del adolescente, cuando los referentes le consultan sobre cómo le fue en el liceo, o le brindan estrategias de estudio que le sirvieron en su momento, etc., están valorizando el espacio educativo. Las expectativas que la familia tiene con respecto a la culminación de los estudios influyen mucho en la vida del estudiante, por lo que más allá de saber cómo ayudarlo a resolver una ecuación de segundo grado, es más importante poder estar al tanto de su vida académica y sus intereses estudiantiles, si lo que queremos es que continúe su trayectoria educativa.
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